El bello estado de Guanajuato cuenta con dos maravillosas ciudades que, por su historia, maravillosa arquitectura, su belleza y cultura cuentan con el nombramiento de Ciudades Patrimonio de la Humanidad, por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura; Unesco.
Guanajuato y San Miguel de Allende son dos joyas de origen colonial que atestiguan el auge que tuvo el Estado en la industria minera, particularmente en la extracción de oro en las muchas minas que rodean la ciudad y que algunas de ellas todavía se pueden visitar como atractivos turísticos y que el día de hoy se han convertido en motores económicos del Estado.
Guanajuato
Fundada por los españoles en los comienzos de Siglo XVI, Guanajuato se convirtió en líder mundial en la extracción de plata en el Siglo XVIII. Ese pasado se puede apreciar en sus calles subterráneas y en la Boca del Infierno, una boca mina que se sumerge por unos impresionantes 600 m. Los hermosos edificios barrocos y neoclásicos de la ciudad, consecuencia de la prosperidad de las minas, han influido a la arquitectura en todo el centro de México.
Es una ciudad de ensueño donde la magia sucede y el tiempo se detiene; en sus haciendas y casonas vivieron reyes y esclavos; donde la tierra dio oro, satisfacción y dolor; donde se han forjado hombres de honor y hechos que marcaron la historia de México. Sus plazas y callejones son cuna de leyendas, como la mítica y romántica historia del Callejón del Beso o la aparición de las famosas momias de Guanajuato.
La ciudad de Guanajuato es reconocida hoy día por su historia, su arquitectura, sobre todo por su gente y sus tradiciones, lleva también el nombramiento de “Joya Colonial de América” y es también la “Capital Cervantina de América”, como albergue de artistas y académicos, cuenta con una de las Universidades de mayor prestigio en el país.
Es también conocida como “la Ciudad más bella del mundo”, donde cada habitante preserva la riqueza cultural de su hábitat que, a la vez, la ofrece a quien pisa esta tierra de ensueño enclavada en una hamaca de cerros. Guanajuato La Joya Colonial de América, fue declarada como “Ciudad Histórica de Guanajuato y Minas Adyacentes” en diciembre de 1988.
San Miguel de Allende
En el Siglo XVI para proteger la Ruta Real de carreteras hacia el interior se estableció esta ciudad fortificada. Llegó a su apogeo en el Siglo XVIII, época en que fueron construidos en el estilo barroco mexicano muchos de sus destacados edificios cívicos y religiosos. Algunos de estos edificios son obras maestras de este estilo que se desarrolló en la transición del barroco al neoclásico. Situado a 14 km de la ciudad, el Santuario de Jesús de Nazareno de Atotonilco, que también data del Siglo XVIII, es uno de los mejores ejemplos de arte barroco y la arquitectura en la Nueva España. Su decoración interior, especialmente la pintura mural, hace del Santuario una obra maestra del barroco mexicano.
El 7 de julio de 2008 fue inscrita por la Unesco en el Patrimonio Cultural de la Humanidad, y el 1 de noviembre de 2013 fue nombrada por la revista Condé Nast Traveler como “La mejor ciudad del mundo” por su gran aportación cultural, belleza arquitectónica y lugares para visitar.
La ciudad fue fundada en 1542 por el monje franciscano Fray Juan de San Miguel, quien bautizó el asentamiento como San Miguel El Grande y el 8 de marzo de 1826 cambió el nombre a San Miguel de Allende, en honor al héroe de la independencia nacional Ignacio Allende, nacido en esta ciudad.
Es un lugar valorado a nivel internacional por el artístico ambiente que se desprende de sus calles. Sus habitantes son en su mayoría extranjeros y por tratarse de un lugar único en el país, en cuanto a sus referentes artísticos y culturales, debe ser conocida por todos los aficionados a las construcciones coloniales y la arquitectura barroca.



